Hace algo más de un año la crisis obligó a muchas empresas a parar parte de su actividad. Esto implicó también el cese de millones de trabajadores. A ellos se les hizo un ERTE de fuerza mayor, palabra que lleva persiguiéndolos desde entonces. Y es que la situación actual es un problema para todos, tanto dueños como empleados.
En marzo de 2021, miles de empresas suspendieron temporalmente a sus trabajadores mediante un ERTE de fuerza mayor. Todos ellos desean volver al trabajo, por ello conocer si habrá una nueva prórroga es primordial para ellos. También para las empresas, mermadas económicamente por la crisis sanitaria. El cese de gran parte de su actividad ha supuesto perdidas muy importantes, de las que tardaran en recuperarse.
Cambio de planes para los ERTES de fuerza mayor
El pasado 13 de abril se publicó en el BOE la Ley 3/2021, de 12 de abril, por la que se adoptan medidas complementarias en el ámbito laboral para paliar los efectos derivados del COVID-19. Esta ley conecta directamente la finalización de los ERTES con la finalización del estado de alarma.
Sin embargo, el Gobierno ya ha comenzado las negociaciones con la idea de prolongar estos hasta el 30 de septiembre. Con esta nueva fecha, se quiere dejar cubierta la temporada de verano, muy importante para las empresas españolas.
El Ministerio de Trabajo quiere mantener las condiciones actuales para la siguiente prorroga. Las reuniones ya han comenzado, y en ellas se pretende establecer algunas modificaciones; como, por ejemplo, revisar los sectores económicos que pueden acogerse a la nueva prorroga. Es muy probable que se mantengan muchas de las prerrogativas de la anterior prorroga en materia de despidos. Esto querrá decir que se mantiene la medida de prolongar el trabajo seis meses tras la reincorporación del trabajador.
Hemos cerrado el mes de abril con 648.283 trabajadores en ERTE de fuerza mayor y aunque la cifra desciende con respecto a meses anteriores, sigue siendo alta y preocupante. Por ello, es vital tomar buenas decisiones a partir, ya que el fin del estado de alarma no implica el fin de la pandemia. Hasta que no consigamos controlar la crisis sanitaria muchas empresas andarán en la cuerda floja y tomar buenas decisiones será vital para ellas.