Hoy vamos a explicaros en qué consisten los permisos retribuidos y cómo funcionan en las empresas. En primer lugar, una empresa tiene que saber diferenciar entre permisos laborales retribuidos y aquellos que tienen la consideración de licencia sin sueldo.
Las licencias sin sueldo son concedidas cuando los trabajadores cumplan los requisitos legales, aunque no existe obligación de retribuir al empleado en, por ejemplo, los días que se cogen por asuntos propios. Los permisos retribuidos, por su parte, están regulados por el Estatuto de los Trabajadores.
Un tercer caso que puede darse, es el de la suspensión contractual, como bajas de maternidad. Aquí la empresa no está obligada a abonar el salario correspondiente a dicho periodo de ausencia.
Como el permiso retribuido está regulado legalmente, lo convierte en un derecho de los trabajadores y, entonces, en una obligación de las empresas. Es decir, cualquier empresario debe concederlos siempre que el empleado que lo solicite cumpla los requisitos.
Si la empresa no concediera el permiso retribuido que se solicita, puede arriesgarse a ser multada con una cantidad que se moverá entre los 625 y los 6.250 euros, ya que se trataría de una infracción grave. En caso de que tenga relación con los supuestos especialmente protegidos, como la maternidad, se consideraría una infracción muy grave, penada con entre 40.986 y 819.780 euros de multa.
Puede ocurrir que se se junten dos permisos de un mismo empleado y, casualmente, en el mismo periodo de tiempo. Entonces, la empresa no estaría obligada a ampliar los días de permiso.
¿Cómo y mediante qué vías puede solicitarlo el empleado? La ley no especifica el medio que debe ser utilizado, por lo que, aunque conviene hacerlo de forma escrita, puede hacerse por teléfono, en persona, por correo electrónico o a través de un fax.
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