En nuestro país, las comunidades autónomas usan a la Inspección para atajar el fraude en las relaciones y la prevención de riesgos laborales. El Estado vigila la parte de Seguridad Social y extranjería. Únicamente en Cataluña y en el País Vasco tienen las competencias completas sobre el personal.
Cada inspector realiza una media de 171 visitas a empresas, frente a las 134 que se registran en Alemania y las 59 de Francia, según los datos de los respectivos departamentos recogidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Y, además de estas cifras, los recursos son muy insuficientes ya que son alrededor de 2.000 personas las que se encargan de este trabajo en España, muy por debajo de la media.
El peso de la actuación de oficio de la Inspección es del 75% y el resto corresponde a denuncias. Todo trabajador puede acudir a la Inspección de Trabajo a dar a conocer hechos que considere irregulares. Pero esa denuncia no es anónima, aunque el funcionario debe guardar un cierto sigilo.
Cuando se trata de la detección de contratos temporales que en realidad responden a necesidades permanentes de la empresa, el inspector suele concluir su actuación requiriendo a la empresa para que transforme en indefinidos estos contratos, sin multarla pese a haber infringido la normativa vigente sobre contratación temporal.
Desde Morante Asesores, te recomendamos que tengas tus papeles en regla para cumplir con lo establecido dentro de la ley. Además, actúa con una actitud colaborativa y acompaña al inspector mientras permanezca en tu recinto empresarial.
El inspector no está obligado a identificarse como tal si considera que su titulación puede perjudicar el éxito de sus funciones y sus actuaciones.
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