Los secretos empresariales pasaron mucho tiempo sin una regulación propia. Hasta ahora la discreción en las empresas se aseguraba con acuerdos de confidencialidad. La Ley de Secretos Empresariales organiza la normativa en torno a estos para aclarar el terreno.

Los secretos empresariales suponen una herramienta de competitividad empresarial muy valiosa para las compañías. Especialmente en estos días, con la crisis sanitaria actual y la complicada situación que atraviesan muchas empresas. Por ello es vital proteger sus la información que manejan y hacer que sus clientes se sientan seguros.

En qué consiste la Ley de Secretos Empresariales

En primer lugar, antes de entrar de lleno en la Ley 1/2019, de 20 de febrero, de Secretos Empresariales, pasemos por la definición. Se define secreto como cualquier información de cualquier ámbito de la empresa que no es pública, ni generalmente conocida.

La Ley 1/2019, de 20 de febrero, señala que las medidas de protección se reconocen al titular del secreto empresarial. Este quedará protegido frente a cualquier modalidad de obtención, utilización o revelación de la información constitutiva de secreto empresarial que resulte ilícita.

La obtención de secretos empresariales se considera ilícita cuando se lleve a cabo mediante:

  • El acceso, apropiación o copia no autorizadas de documentos, objetos, materiales, sustancias, ficheros electrónicos u otros soportes, que contengan el secreto empresarial o a partir de los cuales se pueda deducir.
  • Mediante cualquier otra actuación que, en las circunstancias del caso, se considere contraria a las prácticas comerciales leales.

También, es ilegal la utilización o revelación de un secreto empresarial sin el consentimiento de su titular se considera ilícita cuando viene precedida por una obtención ilícita.

Por el contrario se consideran lícitas:

  • El descubrimiento o la creación independientes.
  • La observación, estudio, desmontaje o ensayo de un producto u objeto que se haya puesto a disposición del público o esté lícitamente en posesión de quien realiza estas actuaciones.
  • El ejercicio del derecho de los trabajadores y los representantes de los trabajadores a ser informados y consultados, de conformidad con el Derecho europeo o español y las prácticas vigentes.
  • Cualquier otra actuación que, según las circunstancias del caso, resulte conforme con las prácticas comerciales leales, incluidas la transferencia o cesión y la licencia contractual del secreto empresarial.

La Ley de Secretos Empresariales supone un seguro para las empresas, que antes deambulaban en el aire en este aspecto. Asegúrate de que tu empresa está a salvo de filtraciones y aprovecha las ventajas de esta ley.

Photo by Bram Naus on Unsplash

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