Desde el pasado viernes 2 de octubre, el gobierno ha aprobado un real decreto ley para impedir que los bancos cobren una doble comisión en los cajeros a sus clientes, pero para contrarrestar esta decisión, no han marcado ningún límite legal para que los bancos cobren la comisión que ellos decidan a sus no clientes cuando usen sus cajeros.

Así pues, la tasa que la entidad bancaria cargue al emisor de la tarjeta a la hora de sacar dinero será la máxima que se pueda cobrar. El banco de la tarjeta podrá absorber o no este coste, pero no cargará una comisión adicional. Tras varios meses de la llamada «guerra de los cajeros», a partir del pasado viernes y hasta el 1 de enero próximo (en principio), no se podrá cobrar una tasa adicional por sacar dinero de un cajero que no es el propio de nuestro banco. Se supone que a principios de 2016 todos los bancos podrán volver a cobrar lo que quieran puesto que tienen libertad para fijar las comisiones, pero está por ver que esto ocurra finalmente.

El Ministro de Economía, Luis de Guindos, ha afirmado que las comisiones cobradas irán a parar a las entidades dueñas de los cajeros puesto que «la red de cajeros ha supuesto una importante inversión para las entidades, que deben rentabilizar». Además, según fuentes del Ministerio de Economía y Competitividad, «la pantalla del cajero deberá informar al usuario del importe máximo que se podrá repercutir» ya que el usuario debe estar informado en todo momento de dicha comisión e incluir la tarifa final que se le cobrará al usuario por sacar dinero.

* En la imagen del artículo podemos ver una infografía realizada por El País sobre el funcionamiento de las comisiones bancarias.

Call Now Button