Seguro que son muchas las ocasiones en las que has querido firmar contratos de confidencialidad para tomar precauciones sobre algunos datos o detalles que no quieres que salgan a la luz por determinados motivos dentro de tu negocio. Este acuerdo obliga a respetar un secreto, la confidencialidad de la información que se va a compartir.
Normalmente, suele firmarse entre dos empresas, socios de un proyecto, miembros del equipo y los socios, entre una empresa y un inversor… Se piensa en este documento a la hora de compartir información o documentación de una empresa o un proyecto vinculados al modelo de negocio, datos contables, métricas, propiedades…
Para poder firmarlo, es vital que dicho acuerdo tenga algunos puntos fundamentales. En primer lugar, no puede faltar la identificación de ambas partes, es decir, habría que especificar la denominación social de las empresas que estén dentro del acuerdo o el CIF de los responsables de la actividad.
Otro de los puntos a incluir en el documento y que es muy importante es reflejar y dejar claro qué es información confidencial y cuál es. Normalmente, se entiende por procesos de negocio, planes de marketing, planes estratégicos, clientes, proveedores, estudios de mercado, estadísticas o datos financieros, la información de la LOPD, etc. En resumen, especificar el objeto de acuerdo.
En cuanto a las cláusulas, normalmente una de ellas es guardar el secreto y mantener confidencialidad. Y esto deberán llevarlo a cabo todas aquellas personas que tengan acceso a la información confidencial. Pero es preciso que existan además medidas de seguridad que ayuden a ello.
Si hubiera alguna revelación, difusión o se utiliza la información que ha sido previamente considerada como confidencial, se tomarían medidas en forma de indemnización hacia la parte afectada.
Para responder a tus posibles dudas sobre este y otros temas, contacta con nuestra consultoría empresarial aquí.