Más de la mitad de los españoles poseen un smartphone, de los cuales el 80% accede a Internet a través del mismo. Pero no solo eso. El móvil es el dispositivo digital al que más atención prestamos: una media de tres horas al día.

Con estos datos sobre la mesa parece que a las empresas les merece la pena invertir esfuerzos en estar presentes en Internet. Efectivamente, el móvil es un soporte fundamental que ningún empresario debería pasar por alto.

Pero… ¿cómo dar el salto de lo convencional a lo digital? Partiendo de la base de que la empresa cuenta con una página web, el primer paso es adaptarla para que se vea en todos los dispositivos.

Una vez adaptada la web, el siguiente paso será preguntarse si merece la pena o no crear una app. Esta opción parece estar siendo rentable para marcas potentes, ya que desarrollar y, posteriormente, mantener una app no es tarea fácil. El coste que conlleva es elevado debido a que hay que desarrollar una para el sistema iOS y otra para Android. Por tanto, si la web por si sola no funciona, entonces habría que plantearse crear la app.

Si definitivamente merece la pena, el próximo paso es simplificar al máximo la app para facilitarle el trabajo a los usuarios. Un ejemplo sencillo y que, seguramente, todos conozcáis: la app de Wikipedia para smartphone es aún más sencilla que la web: introduces un término y lees.

Llegados a este punto, podréis preguntaros: ¿qué método de pago utilizo? Los expertos recomiendan evitar que el usuario tenga que introducir la tarjeta cada vez que compra. El gigante de los grandes almacenes, Amazon, permite realizar una compra con tan solo un click, almacenando el método de pago y la dirección de envío del usuario desde la primera compra. Otra opción es usando Paypal, sistema de pago que funciona como monedero electrónico.

En el próximo post os daremos las claves para adaptarse a este nuevo canal de ventas online.

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