Para saber cómo funciona, en primer lugar, tenemos que conocer qué son este tipo de contratos. El de tiempo parcial es el que presta un tipo de servicios durante un cierto número de horas al año, al mes, a la semana o al día con una duración total inferior a la que se presta en un contrato de trabajo a tiempo completo que sea comparable. Por lo que, este tipo de contrato afecta a la duración de la jornada de trabajo.
Los contratos a tiempo parcial con duración determinada pasarán a ser indefinidos siempre que las tareas desarrolladas formen parte de trabajos fijos y habituales en una empresa.
En este tipo de contratos no se permite la realización de horas extraordinarias, pero sí complementarias, siempre y cuando hayan sido acordadas entre el trabajador y el empresario. Eso sí, no pueden ser superiores al 30% de horas de trabajo habituales del trabajador.
Los derechos que corresponden a los trabajadores a tiempo parcial se rigen por el principio de igualdad, donde un trabajador a tiempo parcial tiene los mismos derechos que un trabajador a tiempo completo. Se comete el error de pensar que los derechos deben reducirse en proporción a la jornada de trabajo establecida.
Los contratos a tiempo parcial también tienen periodos de vacaciones al año. Es aquí donde suelen surgir dudas sobre si deben tener derecho a las mismas vacaciones que un trabajador a tiempo completo. Aquí habría que considerar que las vacaciones son un derecho, por lo que, si un trabajador a tiempo completo disfruta de 30 días de vacaciones anuales, las personas que estén a tiempo parcial también tienen que hacerlo. Y, además, su tiempo de vacaciones no puede ser reducido en proporcionalidad de su jornada.
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