‘El precio de la gasolina y el petróleo es altísimo’. Es la frase más sonada en los últimos días en nuestro país y también en el resto del mundo. Lo que antes no nos suponía tanto es ahora una de las rutinas más caras en nuestro día a día. Pero, ¿hasta qué punto se está volviendo costoso para las empresas?
Efectivamente, una subida del precio del petróleo puede repercutir en el coste de los factores de producción y, en lo que respecta, también al precio de los productos. Pero, ¿de qué forma en los ingresos de una empresa?
La gasolina, como derivado del petróleo, afecta directamente en el precio de los transportes, tanto por medio aéreo, terrestre o marítimo. Un aumento que, a su vez, dependerá de las condiciones que se hayan pactado con la empresa transportista.
No obstante, no sólo los transportes se verían afectados. La gran mayoría de los productos que se fabrican utilizan el petróleo en alguna de las fases del proceso de producción. Un ejemplo serían los plásticos sintéticos de los envases. Por tanto, al final el coste final del producto se encarece, ya que esa materia prima también es más cara.
Finalmente, las empresas absorberán de un modo u otro algunas pérdidas, o directamente afectará al cliente en el producto final.
Centrándonos en la actualidad, el precio de los carburantes en las estaciones de servicio ha comenzado a bajar unas décimas de cara a todos los consumidores. El precio del petróleo ha originado una caída de cerca del 30% en pocos días.
La solución pasa por la mejor asesoría y, por supuesto, ser constante en la actualización del panorama nacional e internacional y, en este caso, revisar periódicamente la evolución del precio del petróleo.
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